viernes, 28 de agosto de 2015

“Nada ocurre sin haberlo previamente imaginado” Carl Sandburg


EL TALENTO, LA INFORMACION Y EL CONOCIMIENTO





El talento  es un conjunto de aptitudes o destrezas sobresalientes que los individuos tenemos  para realizar una tarea determinada en forma exitosa.  

Si decimos que alguien es intrínsecamente creativo  significa  que el individuo lo puede dejar de ejercer por mucho tiempo y volver a usarlo con la misma destreza que cuando dejó de usarlo.


La  creatividad sigue un patrón muy parecido y es importante identificar en los grupos de trabajo tanto aquellos que son creativos por naturaleza como aquellos que tienen el tesón y la perseverancia para lograr los objetivos de forma creativa.

Si al  talento  y  a   la inteligencia, es decir la   capacidad de entender, le sumamos información  y somos capaces de fijar esto en nuestro cerebro,  estaremos presenciando la manera  más natural en que los individuos incorporamos el  conocimiento.

Para graficarlo, un ejemplo: Cuando   leemos   un libro ya sea  una novela o de estudio y  llegamos al pie de la página,  procedemos a dar vuelta la hoja. Es precisamente en ese instante, en esa fracción de segundo  y con esa acción física de voltear la hoja, en que el cerebro fija el conocimiento de lo leído y comprendido y  la curiosidad nos pide seguir leyendo. A veces, la mirada se aleja y se fija en algún objeto y el proceso de fijación requiere algunos segundos, no los detenga ni los fuerce, permita que en su cerebro “caiga la ficha” en el momento justo.


Las buenas ideas son siempre temporales porque el mundo cambia y las ideas con él. No es necesario perpetuarlas, tenga confianza en que surgirán muchas otras en la medida que Ud. tenga la capacidad de soltar las que “tiene” hoy.


Va a llegar un momento  luego de dominar su propia técnica, en que su ser creativo tome las riendas de su vida y sus espacios creativos se habiliten con absoluta serenidad y facilidad, y fluirán sus talentos. Mientras tanto, ayuda mucho tener  un espacio determinado, propio (como un taller de pintura interno) al que Ud. llegará, lo recorrerá con la vista y se sentirá “en casa” feliz, tranquilo,  y seguro. 

Esto estabiliza el  “yo” y lo predispone con alegría,  sabiendo que algo está por ocurrir y que las vibraciones creativas – que siempre siguen encendidas mientras vivamos- están encontrando un lugar de tiempo real para manifestarse, a veces de forma serena y a veces como un torbellino que explota con pasión y fuerza, pero siempre con la alegría infinita de  un agradecimiento. 

El don  de la creatividad debe confirmarse con un trabajo sostenido que nos honre. Algunos lo llaman inspiración. Lejos de  rótulos y definiciones, imaginemos que son infinitos momentos de tiempo –tantos como seamos capaces de crear- durante los cuales jugamos y nos liberamos.
Habilitar espacios creativos no  trata de entrar en una habitación y esperar que “algo se nos ocurra” y espontáneamente surjan mágicamente  los momentos reales.

Los momentos de tiempo real no nacen solos, son sanos hábitos que las personas habilitamos y vamos estimulando.

Esto –en definitiva es- la materia prima que luego, utilizando las técnicas de la experiencia iremos puliendo hasta que tomen las formas, los colores y las luces que queremos. 

Pensemos en cómo la  matemática moderna   graficaría la unión de lo técnico con lo creativo  y cual sería el resultado:
Son dos conjuntos. Por una parte el conjunto número uno  es de color azul, representa los  hábitos,  estilos y  técnicas propias con las cuales Ud. trabaja, se siente cómodo, y  le brindan los resultados concretos que Ud. ofrece.  El segundo conjunto  es de color amarillo, representa   su niño que juega, libre pensador y creador.  Bien, ahora si superponemos una parte de ambos conjuntos, tenemos una superficie verde   que es el producto de la combinación de ambos conjuntos, que  suma y potencia la  creatividad con las capacidades.




En una organización los dos conjuntos  bien pueden ser recursos que se combinan, recursos humanos, técnicos, equipos de maquinaria, presupuestos y proyectos de marketing que  ofrecen infinitos nuevos escenarios. Escenarios que combinados en un proceso creativo rompen los paradigmas a niveles insospechados, a veces creando nuevos procesos internos o mejorando los existentes  y  también disparan proyectos de productividad.

Las uniones de conjuntos pueden tener tres o más intervenciones de  otras áreas y de otros colores, por lo tanto no hablamos de un proceso finito sino de un círculo virtuoso, permanente y muy colorido.

La creatividad aplicada a  marketing y comercial  también  dispara nuevos   productos finales que se ubican en el mercado,  a veces marcan tendencia y forman tanto categorías de productos líderes como nichos de alta rentabilidad. No se trata de proyectos faraónicos ni de embarcar a la organización en grandes inversiones. Casi siempre la respuesta está al alcance de la mano, frente a nosotros pero no lo estamos viendo porque seguimos usando los métodos convencionales. 

Métodos convencionales arrojan resultados convencionales. A veces las organizaciones ( y las personas)  no estamos  listos  para encontrar esa  solución distinta y disruptiva.




Por ejemplo, si como pintor decido no salir de un color, estoy limitando la libre expresión  y la creatividad.  Voy incorporando a la obra azules verdosos, claros y  oscuros.  Llega un momento en que  la tela pide  romper el paradigma del azul   para ofrecer su mensaje. Decido forzarlo y dejar que el color siga siendo el azul, aunque incorporo perspectivas, formas diversas y más luces todas en los mismos tonos de azul con los cuales arranqué la obra. Los seres humanos ya tenemos demasiadas reglas estructurales  en forma de mandatos y lograr ser creativos en un marco tan cerrado es claramente un desafío. La creatividad, en su estado más puro, es libre, rica y abundante, pero la belleza y los buenos resultados  no siempre están en lo más complejo, colorido o elaborado, están en lo simple.

 En las organizaciones  hay limitaciones  y no por eso el proceso creativo debe detenerse.

El mundo cambia,  se re-inventa  a velocidades frenéticas y aquellas organizaciones que no entiendan el nuevo escenario y las nuevas reglas, padecerán y perderán los espacios ganados a merced de las más creativas.

Hace 25 años aproximadamente  ingresé a trabajar en una  empresa. En el  área a la que ingresé  había una sola PC para cumplir con las necesidades de 18 personas.  Estaba en el medio del salón, apagada y tapada con un lienzo, como si fuera una divinidad.
Cuando alguien la necesitaba, informaba que la usaría, quitaba el lienzo, la encendía, colocaba su floppy-disk  para trabajar y cuando había terminado la apagaba y volvía a colocar el lienzo una vez que estuviera fría. Al año siguiente  ya todos teníamos PC individuales,  a los tres años  ya éramos solamente 9 personas trabajando en el sector, y  5 años  más tarde nuestra empresa compró otra generando otra realidad. 

Todos escenarios inimaginables para una estructura rígida. Sin embargo, fue la rotura de muchos  paradigmas a partir de las preguntas lógicas: el por qué y el para que de las cosas tal cual eran.

Aprendimos a percibir que hay otras formas de hacer las cosas de forma tanto o más productiva. Imagine su trabajo a cinco o diez años vista ¿Será desde su casa con videoconferencia y no habrá más oficinas? ¿Ganará tiempo para su vida y la creatividad? ¿Sabrá Ud. aprovecharlo?

Hay tantas percepciones como personas. Un cantante puede tanto gritar como susurrar, un pintor puede acariciar su tela o golpearla con colores. ¿El resultado del grito, del susurro, del golpe o la caricia son iguales para todos?.

Las percepciones son alarmas naturales que casi siempre desoímos porque nos empujan fuera  de nuestras áreas de confort.

Muchas veces es cuestión de que distintas formas de hacer las cosas vibren todas al unísono.

Por ejemplo, los científicos tomaron  una célula del corazón, la aislaron de las demás y  esta comenzó a  latir a su propio  ritmo. Luego tomaron una segunda célula  y la colocaron separada de la anterior, también latió  a su propio ritmo y distinto de la anterior. Por fin las juntaron y  ambas se fueron acomodando para llegar a latir  - en muy pocos segundos- a un solo ritmo. Si sumamos más células todas imitarán el mismo ritmo  y habremos formado un corazón con infinitas células que laten todas al mismo ritmo bombeando la sangre que nos mantiene vivos.  

Las organizaciones no son muy distintas.

Caer está permitido. Ponerse de pie  es obligatorio!  Proverbio ruso


Horacio Bellotti


domingo, 23 de agosto de 2015

NADA BUENO SE CONSTRUYE A PARTIR DE LA PENUMBRA





Asumir cosas, especialmente las negativas, nos aleja de siquiera comenzar el proceso creativo. Y aquellas personas que etiquetan al proceso creativo con adjetivos negativos liberan energías  que solamente le pertenecen a ellos.

El temor al ridículo anestesia la creatividad porque suponemos y asumimos que la gente  considerará  que esas opiniones “distintas” y que salen de los moldes habituales son  “poco profesionales”. Si pensamos eso, hagámonos cargo de esa visión miserable de nosotros mismos.
Ya habrá tiempo de llevar a lo terrenal una idea del niño creativo, dejemos que esta nazca.

¿Hay diferencia entre lo que proyectamos y efectivamente logramos? ¿Hace falta seguir negando que lo único que genera resultados positivos es el trabajo inteligente,  creativo  y sostenido?  

Durante el proceso creativo hay  instancias de libre pensamiento, de experimentación sin consecuencias en su estado más puro donde no debería haber espacio ni temor a las críticas. Ya habrá tiempo de analizar desde lo racional, cuando tome distancia de la idea generadora, la factibilidad de aplicarlo y sus ventajas o desventajas. De la misma forma que el pintor luego corrige, bien podemos sustituir una idea por otra. El hecho de haberlo pensado, ya disparó la intención del proceso creativo.


Proteja su espacio creativo experimentando sin juzgamientos prematuros. Recuerde que, al final del día  solamente estamos jugando. Un dibujante colocará una hoja en el caballete y esta representa el espacio del juego, luego toma un lápiz y usando todo su brazo articulado desde el  hombro y sin quebrar la muñeca  y entrecerrando los ojos recorrerá la hoja dejando que los  trazos libres  habiliten las formas . Dejará esa hoja y pasará a otra y otra jugando a dibujar, dejando que cada uno de esos dibujos extiendan el momento de inspiración. En esas hojas irá anotando apuntes proponiendo colores, texturas, fusión de un color sobre otro  y todo lo que necesite fijar.  Deberán ser muchas hojas y muchos los dibujos que se plasmen  para que la inspiración deje de ser solamente “flashes” y “momentos”  y se transforme en un sano hábito.

Desde lo racional, el dominio de la técnica de la creatividad se apoya sobre dos pilares: paciencia y temperancia, sumado al trabajo duro, sostenido e inteligente. Inteligente desde el comprender que estamos solos con nuestras propias técnicas de respiración y nuestros pinceles para liberar nuestro niño que juega.

Quienes pintamos sentimos,  en los momentos creativos, que  nos gustaría seguir proponiendo ideas o colores  a pesar del cansancio. De la misma manera que cuando éramos niños y el juego debía terminar porque se hacía de noche,  no queríamos entrar y pedíamos cinco minutos más. Esto ocurre porque el “niño que juega” crea en tiempo real. Es ESE instante y  no otro, irrepetible e irrecuperable durante el cual conversamos con nuestra creación y saltamos de papel en papel y de tela en tela nutriendo la idea original y explotándola trescientos sesenta grados  replicando ese momento original en infinitos otros.  Como la piedra que golpea el agua y dispara infinitos círculos concéntricos que se alejan, rebotan en la orilla y vuelven .

Durante esa suma de momentos que forman el tiempo real, la conexión entre el alma y los dedos  se fortalece, los tiempos para atraer el inconsciente se acortan  y lleva al papel o a la tela - ya  sin filtros- directamente  lo que verdaderamente somos.

Va a llegar un momento en que seremos idóneos de creatividad porque habremos sido pacientes y perseverantes y habremos practicado  tantas veces y tantas horas que  al final la técnica  propia termina formando parte de nuestro ser, replicándose en todos los niveles de nuestra vida. Habremos nutrido tantas  ideas que el ejercicio se transformará en sano hábito. Dejaremos de pensar en ser creativos porque ya “seremos así”. Podremos estar caminando, despertando o comiendo pero siempre habrá, dentro nuestro algo que estará funcionando para que el proceso creativo no se detenga. Seguramente en algunos momentos del día se ralentice, pero siempre estará vibrando y presente para que cuando el consciente  determine que el rito creativo debe comenzar, sea solamente cuestión de dejar que nos inunde por completo cuerpo y alma.

Todos tenemos momentos ideales del día para crear y ese momento está directamente relacionado con nuestras mejores horas, aquellas en las que estamos bien despiertos, alertas y alegres. Quienes tienen personalidad de búho desarrollan sus capacidades plenamente por las noches  y por el contrario quien tiene personalidad  de zorzal,  despierta por las mañanas con energía muy concentrada, ideas creativas y muy buen humor. Es en ese momento pleno que armamos un atril, colocamos una tela, armamos una presentación de trabajo, ponemos música, encendemos una vela, fortalecemos la luz y en definitiva habilitamos un espacio de confort externo para que el trabajo creativo fluya con energía positiva, física e intelectual desde lo más profundo.

Se libera la energía cuando ese espacio creativo existe. Y existe solo si nosotros queremos realmente ser libres de pensamiento y de corazón. No hablamos de un espacio físico, sino de ese espacio perfecto que está dentro nuestro y que no es un estudio o un taller, aunque estos últimos ayudan a que nuestro interior fluya sin trabas. Y cuando esas trabas aparezcan, porque seguramente  lo harán, pretendemos que Ud. tenga la capacidad de cambiar.

 Aproveche ese freno y aléjese físicamente del trabajo, mírelo desde otro ángulo, suéltelo, lávese la cara y las manos y beba  algo que le guste . Si fuera una PC sería el equivalente a proceder a apagar e iniciar nuevamente . Reedite el placer de volver a empezar, ordenando sus apuntes que es el equivalente a mis  pinturas y pinceles



jueves, 20 de agosto de 2015

Imaginación es la facultad del alma que representa las imágenes de las cosas reales o ideales.

Controlar la creatividad es  aprender, como el equilibrista,  a caminar sobre un cable.

Podemos definir al acto de jugar como de: Entretenerse y  divertirse tomando parte en juegos con o sin  reglas.

Jugar es usar la imaginación, y esta es –según la Real Academia- la facultad del alma que representa las imágenes de las cosas reales o ideales.

Jugar es liberarse, es ser y hacer por puro placer, es una actitud, una forma de hacer las cosas fuera de toda regla y jerarquía, donde todo resbala y se combina libremente. Es la manifestación más pura de la libertad, donde los cielos pueden ser colorados y se desafían las versiones “normales” que las reglas imponen. 
Si hubiera personajes que representan  en la obra,  estos  pueden dejar de tener forma humana para reflejar el juego del pintor libre,  adoptando cualquiera. Como los cuentos  de Ray Bradbury  donde en tercera dimensión la familia se mostraba como pirámides azules de distintos tamaños.

¿Cuál es el propósito del juego creativo?  Es lo contrario de sostener una idea más allá de lo razonable, es provocar un estado de plena y pura imaginación.
¿Y cual es el motor más potente?  El disparador siempre es nuestro niño interior, ese ser risueño de ojos vivos  que vuelca en el proceso del juego libre cuanta idea viaje de su mente a su boca y a sus manos sin temores ni miedos ni vergüenza.

¿Entonces, en el adulto, la creatividad cuándo llega? Llega cuando el individuo es lo suficientemente maduros como para permitirse ir a su interior y arrodillarse junto a su niño interior intacto y puro y comenzar a jugar.

Cuando lo logra se siente como una piedra que toca el agua quieta y un sinfín de círculos concéntricos viajan hacia afuera liberando infinitas ideas,  que solamente estarán  disponibles para aquellos que estén listos para ver.

Pensemos a la creatividad como  tensiones  contrapuestas donde el fluir encontrará obstáculos.


Controlar la creatividad es aprender, como el equilibrista,  a caminar sobre un cable. El aprendiz  juega de forma consciente con las fuerzas, el peso tanto el de la barra como el  propio y la posición de los pies. Y para lograr el objetivo de mantenerse en pie sobre el cable y caminar hacia el extremo opuesto siempre, SIEMPRE debe fijar  la mirada en la meta. Ni en el cielo, ni en el piso,  ni en los pies, ni en el cable, sino  solamente en la meta.

Mantener  la mirada en nuestros objetivos es como una mira telescópica que apunta de forma certera al lugar , objeto o acción al que queremos llegar.

¿ Y que pasa cuando esa creatividad se transforma en ideas concretas con posibilidades ciertas de ser implementadas?   Entonces ocurre lo que al equilibrista:  el juego lo llevó a dominar la técnica y sobreviene la confianza,  la alegría, la risa que libera la energía creativa y creadora.

El equilibrista exitoso entonces va por más.





sábado, 15 de agosto de 2015

EL ÉXITO SE PRESENTA




Cada individuo u organización  inventará 
las mejores recetas para pensar e implementar  soluciones ingeniosas 
a situaciones complejas.

Dibujar  es rendirse y dejar que las manos hagan sin razón sobre un papel o un lienzo organizando tramas, líneas y  curvas. 

Pintar es mezclar los colores en una combinación  perfecta, es  no apurar la pincelada y dejar que la luz, la forma y el color se habilite suave y con ritmo como un acorde de una melodía; dejando que los colores se presenten pidiendo permiso y –a través del trabajo como en un trance cargado de humildad – el resultado  aparezca y se habilite.  


De la misma manera y aplicado al trabajo,  la creatividad es  romper paradigmas mentales  y ver los desafíos desde la “no razón”, para luego adaptarlos a un contexto posible que arroje resultados concretos , auditables y medibles.

El comienzo del juego es justamente volcar -sin analizar- tantas ideas y /o pistas como surjan. Ya llegará, a su debido tiempo  el momento de lo racional, de bajarla a tierra y de desafiarla.

Los procesos creativos se habilitan cuando uno permite que   los  bloqueos propios se destraben y la única manera de salir de esas complejidades es enfrentándolas y atravesándolas, no negándolas.  Y atravesarlas exitosamente requerirá acudir a las únicas técnicas que sirven a cada individuo para solucionar los problemas: las propias. 


Así, cuando la preparación técnica  sostenida e inteligente  se encuentra con la oportunidad, se presenta  el éxito.